Paciente: ay, licenciado, usté no me va a creer lo que le voy a contar...
Psicoanalista: un profesional nunca debe perder su capacidad de asombro, Alicia...
Paciente: ah... bueno... resulta, ay, que Esteban me abandonó. ¡Me a-ban-do-nó!
Psicoanalista: ¡¡¡no!!! Bueno, bueno... ¡pero esto no estaba en mis cálculos! Aunque pensándolo bien...
Paciente: ay, licenciado, en los míos tampoco... yo creía que la nuestra era una relación promisoria... siempre me lo recalcaba... y yo ya había hecho tantos planes... justo le iba a dar la sorpresa de que había sacado un crédito personal para comprar cosas para nuestro futuro hogar...
Psicoanalista: mmm... eso, una relación promisoria... usted cuando me habló de Esteban me dijo que él le había avisado que la de ustedes era una relación promisoria, ¿no?
Paciente: ay, licenciado, yo creía lo mismo que usté, por eso me hice tantas ilusiones, le hice tantos regalos, le dejé que me haga todo lo que él me pedía...
Psicoanalista: ¿y entonces, si le avisó que era una relación promisoria, por qué lo abandonó?
Paciente: ay, licenciado, eso mismo yo le pregunté, ¿vió? Le dije “cuchi-cuchi vos me dijistes que lo nuestro era promisorio...” ¿y sabe licenciado lo que me dijo?
Psicoanalista: ...bueno, dígamelo...
Paciente: ay, licenciado, me dijo “pero no sorda de mierda, siempre lo que te decía era que la nuestra era una relación provisoria, pro.vi-so-ria".
jueves, 17 de mayo de 2007
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